Se acabaron las vacaciones en la ciudad de los gatos... Después de 4 días de descanso final con Émilie en casa, ella esta mañana se ha marchado a Izmir y yo he tenido mi primer día de clase. Creo que, en resumen, es un día divertido, así que puedo contároslo con brevedad:
Llego a la facultad 15 minutos antes de que empiece mi clase de Teoría sociológica y lo que más urge es encontrar mi edificio. Sé que está en el Campus Sur, pero eso es todo. Después de probar suerte con un alumno que resultó ser un recién llegado como yo, opto por lo 100% fiable: preguntarle al barrendero y en turco. Me responde, como es usual en estos casos, con una larga frase de la que apenas entiendo cuatro o cinco palabras y con gestos precisos que casi me transmiten el número de escalones que tendré que subir para llegar al edificio y las dimensiones de éstos.
Llego al edificio, encuentro mi aula, y entonces sucede que necesito con urgencia un servicio. Recorro mi pasillo arriba y abajo y lo único que encuentro es un servicio de mujeres. Al asomarme a la escalera veo a un hombre subiéndola y sospecho (fundadamente, porque vi su fotografía en internet) que es mi profesor ("tengo que darme prisa, pienso"). Y subo a la siguiente planta en busca del servicio perdido; avanzo unos pasos y, ¿a quién me encuentro? Pues a mi señor profesor. Que me pregunta que dónde está el aula 230. Para asegurarme de que le he entendido bien, le enseño mi horario y el número del aula; "Esta, ¿verdad?"; "Sí"; "Una planta más abajo, al fondo a la izquierda"; "¿De verdad?"; "Sí, sí; seguro que es ahí". El profesor se marcha y yo pregunto de nuevo por un servicio; tengo que subir una planta más. Entro a la clase cuando el profesor lleva unos pocos segundos de presentación.
Después tenía 50 minutos libres. Así que me quedo por los alrededores leyendo hasta que empieza la clase. Encontrar el edificio ha sido menos sencillo: estando a la entrada del edificio correcto, le pregunto a un turco con intención de asegurarme; el tipo me manda a la otra punta del campus; allí, evidentemente, no hay nada; vuelvo al punto de partida y, en el camino, pregunto a otros dos turcos, que me confirman que mi primera intuición fue acertada.
La profesora de Filosofía en el mundo islámico es una griega que, cuando habla en inglés, parece que habla turco [o.O] . El nivel de la clase es alto, de hecho la profesora no ha tardado ni 20 minutos en presentar la asignatura y ha entrado directamente en materia, dando por supuesto que tenemos conocimientos generales de la historia del Islam clásico (afortunadamente los tengo) y presentando el problema de partida para la asignatura: autores musulmanes que se presentan como aristotélicos pero que son neoplatónicos. Ahí es ná'.
Luego me he ido a comer, y he tenido la suerte de que Müge, una amiga de mi prima Valeria (las dos se conocieron en Alemania), me ha reconocido y saludado, así que he pasado alrededor de tres cuartos de hora hablando con ella y con una amiga suya. Después he utilizado un poco el ordenador en la cafetería bajo la mirada inquisitiva de un minino que luego además ha decidido inspeccionar mi mochila (cuando ha descubierto que no había nada comestible se ha marchado).
Después la última clase del día: Política, ideología y discurso. Es la "asignatura-fetiche" de la profesora (dicho así, literalmente, por ella), así que eso significa: 1) que la mujer da lo mejor de sí para que la asignatura salga bien; 2) que nos va a hacer trabajar como borricos. Aunque teníamos hora y media de clase, nos ha dado sólo una hora porque no tenía sentido seguir sin que hubiéramos hecho la primera lectura; eso signfica que he llegado a casa antes de lo previsto, y no me parece un mal cierre para el día de hoy.
Ahora bien: me he vuelto con dos tochos de fotocopias (digamos que ambos están entre los 100 y los 200 folios): uno de Teoría sociológica y otro de Políticas, ideología y discurso. Parece que a la de Filosofía en el mundo islámico le será suficiente con que sigamos un libro de entre los cuatro que ha recomendado hoy (en teoría va a decir cuál de ellos exactamente), y ya veremos lo que tienen en mente la de Historia de Francia y el de Oriente Medio en la política mundial... Lo que sí puedo decir ya es que entretenimiento no me va a faltar.
La verdad es que estoy TAN agotado ahora mismo que no puedo ni pensar en momentos musicales, así que hoy me despido con la sosería de un punto y final, y punto.
Llego a la facultad 15 minutos antes de que empiece mi clase de Teoría sociológica y lo que más urge es encontrar mi edificio. Sé que está en el Campus Sur, pero eso es todo. Después de probar suerte con un alumno que resultó ser un recién llegado como yo, opto por lo 100% fiable: preguntarle al barrendero y en turco. Me responde, como es usual en estos casos, con una larga frase de la que apenas entiendo cuatro o cinco palabras y con gestos precisos que casi me transmiten el número de escalones que tendré que subir para llegar al edificio y las dimensiones de éstos.
Llego al edificio, encuentro mi aula, y entonces sucede que necesito con urgencia un servicio. Recorro mi pasillo arriba y abajo y lo único que encuentro es un servicio de mujeres. Al asomarme a la escalera veo a un hombre subiéndola y sospecho (fundadamente, porque vi su fotografía en internet) que es mi profesor ("tengo que darme prisa, pienso"). Y subo a la siguiente planta en busca del servicio perdido; avanzo unos pasos y, ¿a quién me encuentro? Pues a mi señor profesor. Que me pregunta que dónde está el aula 230. Para asegurarme de que le he entendido bien, le enseño mi horario y el número del aula; "Esta, ¿verdad?"; "Sí"; "Una planta más abajo, al fondo a la izquierda"; "¿De verdad?"; "Sí, sí; seguro que es ahí". El profesor se marcha y yo pregunto de nuevo por un servicio; tengo que subir una planta más. Entro a la clase cuando el profesor lleva unos pocos segundos de presentación.
Después tenía 50 minutos libres. Así que me quedo por los alrededores leyendo hasta que empieza la clase. Encontrar el edificio ha sido menos sencillo: estando a la entrada del edificio correcto, le pregunto a un turco con intención de asegurarme; el tipo me manda a la otra punta del campus; allí, evidentemente, no hay nada; vuelvo al punto de partida y, en el camino, pregunto a otros dos turcos, que me confirman que mi primera intuición fue acertada.
La profesora de Filosofía en el mundo islámico es una griega que, cuando habla en inglés, parece que habla turco [o.O] . El nivel de la clase es alto, de hecho la profesora no ha tardado ni 20 minutos en presentar la asignatura y ha entrado directamente en materia, dando por supuesto que tenemos conocimientos generales de la historia del Islam clásico (afortunadamente los tengo) y presentando el problema de partida para la asignatura: autores musulmanes que se presentan como aristotélicos pero que son neoplatónicos. Ahí es ná'.
Luego me he ido a comer, y he tenido la suerte de que Müge, una amiga de mi prima Valeria (las dos se conocieron en Alemania), me ha reconocido y saludado, así que he pasado alrededor de tres cuartos de hora hablando con ella y con una amiga suya. Después he utilizado un poco el ordenador en la cafetería bajo la mirada inquisitiva de un minino que luego además ha decidido inspeccionar mi mochila (cuando ha descubierto que no había nada comestible se ha marchado).
Después la última clase del día: Política, ideología y discurso. Es la "asignatura-fetiche" de la profesora (dicho así, literalmente, por ella), así que eso significa: 1) que la mujer da lo mejor de sí para que la asignatura salga bien; 2) que nos va a hacer trabajar como borricos. Aunque teníamos hora y media de clase, nos ha dado sólo una hora porque no tenía sentido seguir sin que hubiéramos hecho la primera lectura; eso signfica que he llegado a casa antes de lo previsto, y no me parece un mal cierre para el día de hoy.
Ahora bien: me he vuelto con dos tochos de fotocopias (digamos que ambos están entre los 100 y los 200 folios): uno de Teoría sociológica y otro de Políticas, ideología y discurso. Parece que a la de Filosofía en el mundo islámico le será suficiente con que sigamos un libro de entre los cuatro que ha recomendado hoy (en teoría va a decir cuál de ellos exactamente), y ya veremos lo que tienen en mente la de Historia de Francia y el de Oriente Medio en la política mundial... Lo que sí puedo decir ya es que entretenimiento no me va a faltar.
La verdad es que estoy TAN agotado ahora mismo que no puedo ni pensar en momentos musicales, así que hoy me despido con la sosería de un punto y final, y punto.
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