Como no puedo resistirme a ella tengo que actualizar, y que sepáis que se debe (por desgracia) exclusivamente a eso, porque no tengo tiempo ni siento la necesidad de actualizar esto más a menudo. Puede que sea porque últimamente escribo demasiado con fines académicos y agoto mi reserva de palabras/día antes de ponerme con actividades más placenteras, pero en el fondo creo que la explicación o la justificación es lo que menos os interesa ahora mismo... (si es que acaso hay aquí -y ojalá que así sea- algo digno de vuestro interés).
He hecho un sorteo y el resultado es que esta entrada va dedicada a Hermann Tertsch y el revuelo que se ha montado alrededor de esto y a costa del Gran Wyoming. Creo que lo que voy a decir puede disparar los comentarios en esta entrada, pero bueno...
Empecemos la historia por el final, vean vean:
Sin comentarios, Hermann. Pero repasemos los hechos:
1) Hermann Tertsch (con su pedal habitual in the night) dice la semana previa al puente de diciembre que mataría a unos cuantos miembros de Al Qaeda si eso sirviera para salvar a los cooperantes secuestrados. Wyoming lo recoge el jueves 3 o el viernes 4 en El Intermedio y se burla un ratito.
2) Ese fin de semana, el sábado (creo), Tertsch va de madrugada por el barrio de Chueca y, según cuenta, alguien (a quien no sabemos fielmente si ha reconocido y/o denunciado) le pega tal patada por la espalda y le hace el cristo que describe en el primer vídeo que he puesto. Va al hospital y le mandan a casita, vuelve al día siguiente hecho unos zorros y le ingresan; toma sanidad pública en Madrid, colega.
3) Hermann Tertsch (y no sólo él, claro), considera a Wyoming responsable de la agresión porque su broma "incitó al odio".
Dejando a un lado el pésimo sentido del humor del impresentable este, y ojalá que esto se le ocurra a alguien con acceso a medios serios para salvar el culo de Wyoming, vamos a jugar a la deducción inteligente:
1) ¿Qué hace un filofascista como Tertsch en Chueca un fin de semana? Allí sólo hay dos cosas que uno puede andar buscando: polvos blancos y que te peten el cacas (al menos potencialmente).
2) ¿Quién está por la noche en Chueca que sea capaz de pegar una patada como la que le ha hecho a Tertsch semejante destrozo?
Creo que sé las suficientes artes marciales como para decir que quien le pegó la patada a Tertsch sabía cómo y dónde golpeaba, así que mi primer candidato responsable es un puerta karateka cabreado. Además, es bastante improbable que lo hiciera por motivos ideológicos, porque dudo a) que un puerta sepa quién es Tertsch, y b) que alguien suficientemente civilizado como para saber quién es Tertsch y que sepa artes marciales las emplee contra él mientras está borracho (yo me hubiera limitado a hacerle la zancadilla, por ejemplo).
Mi tesis, pues, es la siguiente: este incidente revela pasiones ocultas de Tertsch que conviene ocultar porque su público no tiene aspecto de verlas bien, y para ello ha sido necesario acusar al pobre Wyoming de ser responsable. Espero que esto pueda leerlo alguien que pueda hacer que trascienda este espacio: Tertsch se merece una buena Navidad, disfrutando con libertad de aquello que le gusta hacer.
He hecho un sorteo y el resultado es que esta entrada va dedicada a Hermann Tertsch y el revuelo que se ha montado alrededor de esto y a costa del Gran Wyoming. Creo que lo que voy a decir puede disparar los comentarios en esta entrada, pero bueno...
Empecemos la historia por el final, vean vean:
Sin comentarios, Hermann. Pero repasemos los hechos:
1) Hermann Tertsch (con su pedal habitual in the night) dice la semana previa al puente de diciembre que mataría a unos cuantos miembros de Al Qaeda si eso sirviera para salvar a los cooperantes secuestrados. Wyoming lo recoge el jueves 3 o el viernes 4 en El Intermedio y se burla un ratito.
2) Ese fin de semana, el sábado (creo), Tertsch va de madrugada por el barrio de Chueca y, según cuenta, alguien (a quien no sabemos fielmente si ha reconocido y/o denunciado) le pega tal patada por la espalda y le hace el cristo que describe en el primer vídeo que he puesto. Va al hospital y le mandan a casita, vuelve al día siguiente hecho unos zorros y le ingresan; toma sanidad pública en Madrid, colega.
3) Hermann Tertsch (y no sólo él, claro), considera a Wyoming responsable de la agresión porque su broma "incitó al odio".
Dejando a un lado el pésimo sentido del humor del impresentable este, y ojalá que esto se le ocurra a alguien con acceso a medios serios para salvar el culo de Wyoming, vamos a jugar a la deducción inteligente:
1) ¿Qué hace un filofascista como Tertsch en Chueca un fin de semana? Allí sólo hay dos cosas que uno puede andar buscando: polvos blancos y que te peten el cacas (al menos potencialmente).
2) ¿Quién está por la noche en Chueca que sea capaz de pegar una patada como la que le ha hecho a Tertsch semejante destrozo?
Creo que sé las suficientes artes marciales como para decir que quien le pegó la patada a Tertsch sabía cómo y dónde golpeaba, así que mi primer candidato responsable es un puerta karateka cabreado. Además, es bastante improbable que lo hiciera por motivos ideológicos, porque dudo a) que un puerta sepa quién es Tertsch, y b) que alguien suficientemente civilizado como para saber quién es Tertsch y que sepa artes marciales las emplee contra él mientras está borracho (yo me hubiera limitado a hacerle la zancadilla, por ejemplo).
Mi tesis, pues, es la siguiente: este incidente revela pasiones ocultas de Tertsch que conviene ocultar porque su público no tiene aspecto de verlas bien, y para ello ha sido necesario acusar al pobre Wyoming de ser responsable. Espero que esto pueda leerlo alguien que pueda hacer que trascienda este espacio: Tertsch se merece una buena Navidad, disfrutando con libertad de aquello que le gusta hacer.
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