The Show Room es un bareto que han abierto por Móstoles donde hay actuaciones musicales y humorísticas. El otro día actuaba Ignatius, al que ya conocí personalmente porque resulta que una profesora que me dió música en el colegio es su novia, y fui a verle con mi hermano.
No hace falta decir que el tío está como una regadera. Sí hay que decir que es un encanto, y que para los muy freaks como yo es todo un lujo verle porque tienes agujetas de reirte en un tiempo récord (yo, en esta ocasión, a los cinco minutos). No voy a ponerme a contar ahora todos sus chistes, porque serían muchos y, además, si no los cuenta él tienen menos gracia (baste con visitar este link a YouTube), pero sí quiero hacer notar una cosa que he recordado hoy y que me dejó terriblemente sorprendido:
"Que levante la mano", dijo (la cita no será del todo textual, pero sí muy parecida), "la mujer que no haya hecho esto: encerrarse con sus amigas en una habitación para enseñarse el coño. ¡Lo hacéis!". Después de las risas que cualquiera hubiera esperado, NADIE, NINGUNA DE LAS MUCHAS MUJERES QUE HABÍA EN EL BAR, levantó la mano. Ni siquiera mi antigua profesora, a la que miré horrorizado, levantó la mano (aunque sólo fuera por mantener su buena imagen ante mi hermano y ante mí, que fuimos alumnos suyos no hace tanto).
Desde ahora voy a tener que miraros con otros ojos, chicas, porque esa conducta es francamente RARA.
Aplicándome, libremente, uno de sus chistes: Soy tan gilipollas que para que os pareciera creíble tendría que tener superpoderes en compensación.
No hace falta decir que el tío está como una regadera. Sí hay que decir que es un encanto, y que para los muy freaks como yo es todo un lujo verle porque tienes agujetas de reirte en un tiempo récord (yo, en esta ocasión, a los cinco minutos). No voy a ponerme a contar ahora todos sus chistes, porque serían muchos y, además, si no los cuenta él tienen menos gracia (baste con visitar este link a YouTube), pero sí quiero hacer notar una cosa que he recordado hoy y que me dejó terriblemente sorprendido:
"Que levante la mano", dijo (la cita no será del todo textual, pero sí muy parecida), "la mujer que no haya hecho esto: encerrarse con sus amigas en una habitación para enseñarse el coño. ¡Lo hacéis!". Después de las risas que cualquiera hubiera esperado, NADIE, NINGUNA DE LAS MUCHAS MUJERES QUE HABÍA EN EL BAR, levantó la mano. Ni siquiera mi antigua profesora, a la que miré horrorizado, levantó la mano (aunque sólo fuera por mantener su buena imagen ante mi hermano y ante mí, que fuimos alumnos suyos no hace tanto).
Desde ahora voy a tener que miraros con otros ojos, chicas, porque esa conducta es francamente RARA.
Aplicándome, libremente, uno de sus chistes: Soy tan gilipollas que para que os pareciera creíble tendría que tener superpoderes en compensación.
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