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5/11/07

Por encima de la ley (del buen gusto)

Llevaba mucho tiempo sin hacer una crítica cinematográfica y ayer, por fin, conseguí material de dudosísima calidad; se trata, de nuevo, de Steven Seagal (lo siento por el club de fans de Van Damme, otra vez será) en el papel, de nuevo, de un italiano emigrado a EE.UU. que sabe un puñao de Artes Marciales, que es poli, que tiene un pasado turbio en la CIA y que es más limpio que Mr. Propper.
La historia, algo más enrevesada que de costumbre, le lleva a descubrir poco a poco una conspiración de la CIA para matar al senador que está investigando unos crímenes en Sudamérica relacionados con las "contrarrevoluciones" financiadas por la Agencia con dinero de narcotráfico; los implicados en esos crímenes son agentes a los que Seagal ya conocía de Vietnam. La cosa empieza cuando él va a buscar a su hermana, que está liada con un drogadicto, sigue con la persecución de unos narcos, continúa con un petardazo en una iglesia y acaba con la conspiración.
De nuevo, y para su disfrute, una relación de las salvajadas propias de esta película que, al mismo tiempo, parece bastante crítica con el papel de la CIA como principal fuente de ingresos de las "contrarrevoluciones":
-Seagal y sus compañeros de Vietnam llevan pañuelos palestinos en el cuello; ¿alguien tiene una explicación?
-Un tipo de la CIA, en Vietnam, delante de Seagal, tortura a un vietcong (eso hará que Seagal se cabree y deje la Agencia) y le pregunta por SU opio ("su" del tipo de la CIA).
-Ya cuando Seagal es poli y entra en un bareto para buscar a su hermana, su compañera se queda en el coche y un negro con pinta de macarra (ella es negra también, o más bien mestiza) se acerca; todo apunta a que van a intentar atacarla, pero sólo dice "Es usted más bonita que una puesta de sol reflejada en una cascada", y ella responde "Te doy cinco segundos y ya han pasado tres" (tomen nota las mujeres; así se responde a un piropo).
-Mientras tanto, Seagal entra al bar y nosotros, que ya somos unos expertos en estas cosas, sabemos que todo terminará como en Buscando Justicia. "¿Ha visto a esta chica?", pregunta Seagal enseñando una foto a un tipo, "Yo no me fijo en las caras", responde, "¡Se fija en las tetas!", dice otro, que no sabe quién es Steven Seagal; y entonces comienza a repartir leña, primero al gracioso, luego a medio bar, y luego al propio director de la película por decir "¡Corten!" antes de tiempo.
-El barman le dice que su hermana está arriba, Seagal sube, pega una patada en la puerta, le pega al yonki-novio de la hermana un par de tollinas y el yonki, para librarse de ir a la trena intenta sobornarle (hostia al canto) y luego le informa de que va a llegar un cargamento de droga de la hostia (no hace nada; la ética policial es fascinante).
-Mientras esperan para pegarles el palazo a los narcos, Seagal y el resto de polis comunican por radio; lo curioso es que Seagal lleva un pedazo de pinganillo que se le ve desde la acera de enfrente, así que no me extraña que en seguida les pillen y comience un tiroteo.
-El jefe de los narcos huye con otro tipo en un coche (él de copiloto) y Seagal salta sobre el techo para darles caza. Entonces tenemos la típica escena del conductor dando volantazos para quitarse a Seagal de en medio, pero se rompe la ventana del copiloto, Seagal mete el brazo y comienza a estrangular al jefe, obligándoles a parar el coche (los primeros planos de la cara del tipo son cojonudos).
-Como todos los polis están podridos menos Seagal, el malo tiene comprado a parte del FBI y pide que aparten a Seagal del caso. Entonces Seagal, desobedeciendo la orden del FBI de que la poli no se meta, comienza a rastrear la ciudad en busca de pistas y a seguir a los narcos. Entre los interrogatorios encontramos a un cura que refugia a inmigrantes y que dice "La policía asusta a estas personas", y Seagal responde "Las comprendo, a mí también"; o que Seagal le dice a un tipo al que interroga "Como me mientas volveré y te asaré en tu propia cocina". Entre medias tiene lugar el petardazo en la Iglesia.
-Mientras Seagal conduce su coche (después de que le hayan suspendido), unos tipos con ametralladoras se lo dejan hecho un colador. Seagal aparece con la pistola en la mano y, como curiosamente todos se han quedado sin balas, puede obligarlos a tirar las armas; uno de ellos avanza DESARMADO y dice "No vas a poder con todos, gallito", Seagal le pega un tiro en el pecho y dice "Cierto, pero al menos voy a intentarlo". Entonces les obliga a entrar en la tienda de un tipo con turbante, gafas de sol y pinta de indio que sabe, igual que nosotros, que su tienda va a quedar hecha una puta mierda; efectivamente, uno de los tipos intenta quitarle a Seagal la pistola y todos comen puño.
-De repente Seagal tiene una amiga japonesa que sabe de informática más que el vecino del 4º y, entrando en los archivos secretos de la CIA, descubre la conspiración concreta.
-El final se desarrolla rápido: un tipo de la CIA quiere evitar que Seagal acabe con la conspiración, pero tampoco quiere que los narcos le maten, así que termina ayudándole y muriendo casi al mismo tiempo. Los narcos, entre los que está el tipo de la CIA del Vietnam, intentan torturarle igual, pero Seagal consigue neutralizar momentáneamente los efectos de la dronga que le han pinchado, reparte hostias, parte cuellos y salva al senador.
Lo que resulta más curioso de la película es el papel idiota y chorra de la mujer de Seagal, que está interpretado ni más ni menos que por Sharon Stone (!).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

puf, ha sido demasiado para mi...
me voy a ver un documental de la dos sobre monos que duermen la mona y elefantes que corretean por la noche, a ver si me despejo..

Corpi dijo...

ja, ja. Gracias por contar la película tan bien, así me ahorraré el calvario de verla.