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6/10/10

Erasmus en Estambul (25)

Son las 20:05 en la ciudad de los gatos y ya he cenado. Ahora, después de escribir esta entrada, me pondré a leer porque mañana tengo clase con Danubio (sí, tengo un profesor que se llama "Danubio" -Tuna en turco-) y es condición necesaria llevar leído el primer texto del mamotreto de fotocopias...
Como ayer tuve que ir a hacer un poco de compra y luego dediqué el tiempo a avanzar lectura, lo primero que tengo que hacer es contaros las dos cosas "relevantes" (no sabría decir ni siquiera si son o no "interesantes") de ayer:
1) Ya tengo oficialmente matriculados todos los cursos y todo está bien. Finalmente son 6 cursos que se traducen en 31ECTS, 1 más de los que necesito para este semestre, pero más vale que zozobre que no que zofalte (sobre todo viendo cómo está el panorama en lo que se refiere a la selección de asignaturas...).
2) La asignatura de Historia de la República de Turquía (I) no comienza exactamente bien. Este martes el contenido de la clase fue más bien una larga discusión con mucho de "pues un amigo mío..." y muy poco de "ciencia" en la que sin embargo salió lo mejor de nosotros (europeos) en los tiempos que corren. Coge a alemanes, holandeses, belgas y austriacos (la mayor parte de los Erasmus son de esos países) y pregúntales por la población de Turquía y los migrantes... Resultado: ¡xenofobia! "Es que no se integran...", "Es que no hablan el idioma...", "Es que el Islam...", "Es que el atraso...", etc., etc., etc. Espero que en la próxima clase dejemos el aquelarre xenófobo a un ladito y nos dediquemos a temas más interesantes, como la Guerra de la Independencia, por ejemplo.

De hoy, por el contrario, puedo decir más cosas. Las primeras horas de clase (Teoría sociológica y Políticas, ideología y discurso -a partir de ahora PID, que estoy hasta las narices de escribir todo siempre-) han sido MORTALES... ¿Recordáis lo que decía en la última entrada acerca de todo lo que estamos viendo sobre Marx y lo pesado que me resulta porque "ya me lo sé"? Pues es incluso peor que eso, porque no sólo me sé lo que están diciendo sino que además sé que "está mal".
A ver, digamos que hay un margen más o menos amplio en el que se mueven las diferentes "interpretaciones" de Marx, siendo relativamente complicado decir qué está "bien" y qué está "mal" (aunque desde luego hay algunas interpretaciones mejor fundamentadas que otras). Pero cuando uno se sale de ese margen y comienza a decir/escuchar tontunas, pues ya es otro tema... Un ejemplo: "¿Qué es lo que diferencia al hombre de los animales según Marx?", dice la profesora de PID, "Pues que el hombre fabrica herramientas". ERROR.
Vamos a ver, en el fragmentito de La ideología alemana que estamos trabajando Marx dice eso. Sí. De acuerdo. Pero resulta que en La ideología alemana Marx todavía no sabía ni la mitad de las cosas que terminó sabiendo acerca de (por ejemplo) antropología y economía política; es más, ni siquiera había desarrollado en su cabecita (mucho menos en papel) una teorización clara del trabajo como realidad social. Donde esa teorización ha alcanzado su máxima madurez (si no su "perfección"), es en El Capital, concretamente en el Capítulo V. Allí Marx dirá:
Concebimos el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre. Una araña ejecuta operaciones que recuerdan a las del tejedor, y una abeja avergonzaría, por la construcción de las celdillas de su panal, a más de un maestro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro albañil de la mejor abeja es que el primero ha modelado la celdilla en su cabeza antes de construirla en la cera. Al consumarse el proceso de trabajo surge un resultado que antes del comienzo de aquél ya existía en la imaginación del obrero, o sea idealmente [El Capital, Volumen 1, Siglo XXI, p. 216].

Y, claro, más allá del argumento marxiano hay una cuestión obvia: hay bichos que se fabrican herramientas y las utilizan. El caso más evidente: el de los grandes primates que preparan ramitas ad hoc para capturar hormigas y comérselas como si fueran trozos de carne de un pincho moruno.
Eso, claro, por no hablar de la recurrente explicación del mundo social como combinación de "base" y "superestructura", que es una patata. Marx también tiene derecho a escribir textos de mierda, y el Prólogo de la Contribución del 59 es uno de esos textos de mierda que Marx escribió, aunque sea al mismo tiempo la fuente de tanta gilipollez marxista a cuento de la relación entre base y superestructura. La prueba no es sólo que lo dicho en ese Prólogo no sea ni riguroso en el planteamiento ni totalmente acertado en las conclusiones que determinados lectores extraen de él, sino que el propio Marx, cuando debería aprovechar la oportunidad para desarrollar esa concepción de la sociedad (o sea, en El Capital), pues resulta que ni base ni superestructura aparecen por ningún lado.

Total, todo esto sirve para explicar que me frustro. Porque claro, podría interrumpir la clase y decirle al profesor (o a la profesora): "Mire, es que eso no es exactamente así" o "Eso podemos decirlo si no tenemos en cuenta lo que Marx dice en El Capital" o "Marx cambió después de idea" o... etc., etc., etc. Pero claro, eso tiene tres problemas: [1] me salgo del tema concreto que en realidad está siendo abordad, [2] puedo contribuir a despistar aún más a mis compañeros, que no están para nada interesados (al menos la mayoría) en debates marxológicos, [3] puedo ganarme la enemistad del propio profesor (o profesora) si me paso de listo (esto último es todavía más probable al ser un Erasmus, porque de mí se espera que me emborrache, que falte a clase y que saque malas notas, no que intente obtener calificaciones altas y que prepare un libro colectivo sobre Marx en mis ratos libres).

En fin, el caso es que estaba yo lamentándome de estas cosas vía e-mail (mis interlocutores eran los amigos marxianos y Émilie), cuando ha llegado la hora de ir a buscar al profesor de Teoría Sociológica a su despacho. Esta mañana concerté con el una cita con la intención de resolver dos cosas: [1] la elección del tema para el trabajo de mitad de semestre (mi idea era proponerle hacerlo sobre Marx y la tecnología, para avanzar trabajo de mi capítulo), [2] comentarle que estoy interesado en leer su libro sobre el Irán precapitalista y decirle que me ha sido imposible encontrarlo.
En cuanto a lo primero, el resultado ha sido nulo: antes de que pudiera decirle nada, me ha explicado que él nos dará una lista de temas dentro de unas semanas y que nosotros tendremos que escoger uno.
En cuanto a lo segundo, y una vez que le he dicho que quería leer el libro, el diálogo ha sido más o menos el siguiente: "Está descatalogado, es normal que no lo encuentres...", "Ya, eso me lo imaginé... Pero tampoco lo tienen aquí en la biblioteca, por eso se lo comento...", "¿Por qué te interesa el libro?", "Pues la razón más importante es que este verano estudié un poco de historia del período clásico del Islam, y claro, la importancia de la región del Khurasan para explicar la caída del Califato Omeya y el ascenso de la dinastía Abbasida es fundamental [el profesor asiente con cara de relativa sorpresa ante el argumento], así que me pareció que tal vez el libro me ayudase a complementar la visión histórica del período...", "Hmmm... Entiendo... Bueno, el libro es más bien una historia teorética; se trata de discutir planteamientos teóricos tradicionales (perspectivas marxistas o weberianas, por ejemplo) que intentan explicar qué tipo de sociedad era el Irán precapitalista... ¿Te interesa entonces?", "Sí, sí. Absolutamente", "Bueno... Yo mismo no tengo copia original, sino que tomé el ejemplar de un amigo y lo fotocopié" [se levanta y me lo da] "Puedes fotocopiarlo, o leerlo y luego devolvérmelo... Haz como quieras. Además me gustará saber tu opinión", "Muchas gracias" [un breve silencio, yo le echo un vistazo al libro]. "Dime, ¿qué te parece el curso de momento?", "Bueno... la verdad es que yo pensaba que el recorrido iba a ser más amplio, que íbamos a ver sociología contemporánea y...", "Eso es el próximo semestre; entonces daré Foucault, Althusser...", "Bueno saberlo, gracias. El caso es que a Marx lo conozco bastante bien, el libro I de El Capital me lo sé casi de memoria", "Oh, ¿de verdad?", "Sí, bueno... Llevo tres años siguiendo un seminario de lectura y, claro, si en tres años hemos leído sólo el primer libro, pues se puede imaginar... Vamos muy muy despacio, casi palabra por palabra" [de nuevo asiente con cara de sorpresa]. "Y luego también conozco algo de Weber porque he seguido dos cursos en Madrid con uno de los mejores traductores de Weber al castellano, pero sólo hemos trabajado su epistemología y los textos políticos. Y de Durkheim sí que no sé nada". "Bueno [dice el profesor], entonces creo que no tendrás problemas para seguir el curso, porque con esos conocimientos todo te será mucho más fácil... En cualquier caso espero que el curso pueda aportarte algo", "Sí, sí. Eso seguro. Hay muchos textos de Marx y de Weber incluidos en las lecturas y que yo no he trabajado". [De nuevo un silencio, el profesor vuelve a hablar] "Dime, ¿tienes muchas clases?", "No... bueno... Son seis cursos, pero en total 30 ECTS, que es lo que necesito hacer este semestre", "Verás, no sé si sabes que yo doy también un curso en el máster, 'Ley, poder y violencia' [creo que el nombre era así], donde trabajamos textos de Hobbes, Marx, Foucault, Carl Schmitt... Si te interesa y tienes tiempo, puedes venir y seguir el curso, porque en la asignatura a la que asistes hay muchas cosas sobre las que no se puede discutir, pero en el máster todo se trabaja con más profundidad... Es los jueves a partir de las 4" [se me ilumina la cara, claro], "Ah, pues sí, sí, me encantaría asistir. Además, tengo sólo una clase los jueves y es por la mañana, así que no tengo problemas de horario... ¿Qué textos de Carl Schmitt son parte del curso?", "La Teología Política", "Ah, sí, lo conozco. De Schmitt he leído El concepto de lo político, la Teología Política (I y II), La Dictadura, La teoría del partisano, La tiranía de los valores y los Fundamentos histórico-espirituales del parlamentarismo", "Bueno [el profesor sonríe], entonces has leído todo lo importante...".
La conversación dura poco más. Le vuelvo a agradecer que me preste el libro y que me invite al seminario y me despido hasta mañana (por supuesto pretendo seguir la clase de Máster si el trabajo universitario me lo permite -y de momento me lo permite-). Espero que esta grata sorpresa me sirva para superar mi "desencanto"...

En fin, eso es todo por hoy. Voy a leer lo que necesito para mañana... Me despido con un "clásico" del rock español que se me vino el otro día a la cabeza no sé muy bien cómo... Por cosas extrañas (y divertidas) de la educación "de progres" que recibí (en el caso de mis papis el adjetivo no es peyorativo), puedo considerarla casi una canción de mi infancia (aunque en mi infancia no entendiese casi nada del contenido):



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