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4/10/10

Erasmus en Estambul (24)

Bueeeno... Pues otro lunes más que pasa y parece que las situaciones se van normalizando... Las clases van cogiendo ritmo y empiezo a ser más un estudiante haciendo de estudiante que un Erasmus haciendo de desorientado... De todas formas, todo es muy irregular: en la clase de Teoría Sociológica tengo la sensación de que me da clase la Rana Gustavo; el profesor va TAN lento. Al mismo tiempo se agradece, porque es muy pedagógico y lo deja todo clarísimo ("todo" quiere decir la Fenomenología del Espíritu, que es más o menos lo que nos ha explicado hoy mostrándolo como fundamento epistemológico de la Sociología).
Luego, en filosofía, casi se me queman las neuronas con la explicación de la teoría de la emanación de Plotino... En realidad, entender la dichosa teoría es fundamental para acercarse después a la falsafa, porque son textos de este tipo, tomados como obras de Aristóteles, las que los filósofos musulmanes toman como muestra fundamental del pensamiento aristotélico, cuando en realidad lo que hace Plotino es intentar "tapar los huecos" de la ontología de Platón (esos huecos son, básicamente, la relación entre el mundo de las ideas, el alma y el mundo sensible). Total, para que os hagáis a la idea del asunto, comentario de la profesora: "Siempre pasa lo mismo cuando uno tiene que explicar estas ontologías, y es que el lenguaje es insuficiente; lo que voy a hacer es intentar poner ejemplos, decir las cosas de varias maneras y, de esa forma, en algún momento, acabaremos metidos en la ontología de Plotino aunque hayamos sido incapaces de explicarla totalmente". Eso por no hablar de cuando hemos llegado a la "materia residual", último estadio de la emanación, que "no es parte del mundo natural, pero claro, otra cosa es que no exista y eso no está claro..." y entonces sigue la pobre mujer: "porque es como cuando preparas un café; el café deja posos, que no forman parte de la cafeidad (coffeeness, dijo ella), pero que siguen existiendo y siendo parte necesaria para que la cafeidad exista".
Y, luego, por si me quedaba alguna neurona, mi plan del lunes termina con Política, ideología y discurso. Estas primeras sesiones la verdad es que me resultan un poco agobiantes, porque estamos viendo como Marx trata el concepto de ideología, desde cuando es "ideología" y punto a cuando se convierte definitivamente en "fetichismo" y alcanza, por decirlo así, "la perfección". El asunto es que me siento como si estuviera viendo una película muy muy muy larga de la que ya me sé el final, que es lo que "mola" y lo que quiero ver (por ejemplo Matrix Revolutions, que es relativamente coñazo hasta que Smith y Neo se pelean en Matrix con la lluvia y bla bla bla). Al mismo tiempo, el desarrollo de Marx de la noción de ideología es muy problemático hasta El Capital, de forma que para entender bien lo que dice en obras anteriores hay que contar con lo que dijo al final, y claro, yo juego con ventaja en relación con mis compañeros (y sospecho que la profesora ya se ha dado cuenta).
De todas formas, la profesora es absolutamente genial (posiblemente la mejor que tengo), sobre todo porque se ve que le encanta lo que hace (al menos lo que hace en esa asignatura). Además es una mujer muy graciosa, y el ejemplo perfecto es el de la clase de hoy, cuando hemos tenido un invitado sorpresa: un gato. Él entró bastante antes que la profesora y se sentó en una silla para limpiarse hasta que la propietaria de la silla (una compañera de clase) le dejó de nuevo en el suelo. Sin embargo, el animalico decidió que no quería marcharse y se quedó dando vueltas hasta que entró la profesora y comenzó la clase. Tras darnos las buenas tardes y recordar lo dicho en la clase anterior, empieza:
"Así que lo que tenemos es una inversión de la realidad que...", "¡Miaaaaaauuuu!" (desde el fondo de la clase, paseándose bajo las sillas, llega el gato), "A él sólo le interesa la comida" (dice la profesora sonriendo, el gato se sienta y la mira), "...Como decía, lo que tenemos es una inversión de la realidad. Pero Marx también nos dice que...", "¡Miaaaaaauuuuuuu!", "¡Ay pero qué bonito eres!¿Qué quieres chiquitín?" (dice la profesora, agachándose y acariciando al minino), "...Marx también nos dice que 'la realidad' también está invertida y...", "¡Miau!¡Miau!¡Miaaaauuu!" (la profesora se desplaza hacia la pizarra para coger el rotulador y escribir, el gato se pone de nuevo "en pie" y la persigue)... etc, etc, etc. El gato se ha marchado al final de la clase, aunque no ha tenido más intervenciones (por lo que he visto, un compañero le ha entretenido jugando con un bolígrafo).

Para acabar, una nota bibliográfica: las lecturas de la asignatura de sociología urbana son TANTAS que el taco de fotocopias me lo han dado metido en una bolsa de plástico porque es INENCUADERNABLE. Es, él solito, tan grueso como Teoría sociológica y Política, ideología y discurso juntos...
En fin, como estuvieron aquí la semana pasada dando un concierto, y puesto que la canción me viene al pelo (guiño-guiño), me despido con No pain no gain (que podríamos traducir libremente, como en Spawn -vaya referencia- por "si no sangras no hay gloria") de Scorpions.


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