Dejad que el Papa se acerque a mí

No me gusta ponerme anticlerical porque en seguida se me suben los ánimos y acabo diciendo barbaridades de las que luego me arrepiento (como aquella de Lerroux, en sus tiempos "radicales", que proponía elevar a las monjas a la categoría de madres), pero la verdad es que si dejaran que el Papa se acercase a mí (o, mejor dicho, que me acercase yo al Papa) le iba a decir yo cuatro cositas además de pegarle un par de leches bien dadas.
Resulta que "la mosca cojonera" (así lo llama SKA-P) anda por EE.UU. solidarizándose con las víctimas de curas pederastas; es un buen comienzo, pero sólo con pedir disculpas a todas las víctimas de estos santos señores que disfrutan de las menudas carnes necesitaría como el doble o el triple de tiempo del que va a estar al frente de la Santa Madre Iglesia.
El caso es que todo lo que está haciendo es pura demagogia basura una vez que, curiosamente, el Derecho Canónico tiene muy bien protegidas y contempladas las diversiones de quienes trabajan para Dios. Resulta que si un señor cura o similar, o cualquier feligrés, denuncia a algún señor cura por pederasta, hay excomunión inmediata para el denunciante (así se afirma en el documental Los crímenes sexuales y el Vaticano), por lo que poco importa que el Papa diga misa si luego el derecho que rige su comportamiento tiene este tipo de cosas.
No sé de Derecho Canónico, así que albergo la duda de si está en manos de Ratzinger Z lo de modificar esa chuminadilla, pero está bien que lo sepa el vulgo: lo que está haciendo ese hombre vale menos que la caca de oruga (que por cierto no sé cómo es porque, lógicamente, soy un ser humano y no una oruga).