Londres

DÍA I

Son las 12 menos 10 (hora insular).

Estamos (nosotros, es decir, Pablo/Cuchufleto, Willie, Marta, Violeta y yo) en el albergue esperando a hacer efectiva nuestra reserva. Dejamos atrás St. Pancras (San Páncreas in espanis), y el aeropuerto de Gatwick, que está a tomar por culo (one hour in english) de la ciudad.

Tendríamos que haber llegado antes, pero el avión sufrió un retraso por culpa de la niebla londinense (a partir de ahora sustituiré este vocablo por “londonita”), que por otra parte no catamos en todo el viaje.

Vemos los típicos tejados ingleses en los que Dick van Dyke se sentiría como deshollinador en chimenea, y comprobamos la peculiar forma de conducir que tienen en las islas (no sólo es que conduzcan por la izquierda, sino que los peatones parecen entes molestos y que no merecen respeto alguno).

*Nota artística: se me cae la baba con el gótico.

*Nota literaria: me he acabado El siglo de las luces, de Alejo Carpentier.

*Nota teológica: hemos conocido a Dios en el avión. Tiene aspecto de magrebí, bigote, lleva gorra, y se caracteriza por mirar raro a Violeta cuando lleva el pañuelo palestino; cegar a Willie haciendo que el sol se refleje en el cartoncito plastificado con las medidas de emergencia, dándole directamente en los ojos; por poner música en el loromóvil como si fuera en el Cercanías; y por escupir insistentemente y sin pudor en la bolsa preparada para posibles naúseas.

Son las 10 y 25.

Comemos en una pizzería/kebab/fish&chips/suputamadre (Pizza Park/Pizza Party/Pizza Parkty) mientras vemos en la tele una competición de un deporte extrañísimo que combina esquí de fondo con tiro al blanco (yo digo que usan un modelo moderno de ballesta, Willie y Cuchufleto dicen que un rifle).

Luego nos echamos una pequeña siesta (llevo dos horas de sueño desde ayer por la mañana). Por la tarde damos un garbeo por Londres. Vemos el barrio chino, y Covent Garden; luego volvemos y hacemos el moñas (véase jugar a las cartas o a eso que consiste adivinar la palabra que el otro ha pensado y gracias a las extrañas pistas que éste proporciona). Parece que nos planteamos ir sobando…

*Nota íntima: creo que he interrumpido un encuentro sexual entre dos chicas en el baño unisex que hay cerca de nuestra habitación.

DÍA II

Son las 10 menos 25.

Ya hemos desayunado y ahora esperamos (Willie, Chuchufleto y yo) para ducharnos (Marta no ha traído chanclas y le he dejado las mías, que a su vez son de Violeta porque yo también olvidé meterlas en la maleta). El desayuno ha sido europeo sin rarezas inglesas (afortunadamente) y con chistes escatológicos que escandalizan a Violeta pero que nos divierten a Cuchufleto y a mí.

*Pregunta personal: ¿qué tal habrá ido el examen de economía? (respuesta a posteriori: no hubo examen, lo tuve al volver).

*Nota horaria: recordar que no he cambiado la hora del móvil cuando pongo la alarma; hoy ha sonado a las 8 en vez de a las 9.

Son las 9 y 35.

Después de ducharnos y de comprar algo de comida salimos rumbo al Parlamento, pasando por Picadilly Circus, Trafalgar Square (con la estatua de Nelson, pero no Mandela; esa está más cerca de Westminster) y la National Gallery (que vimos a la vuelta, después de comer). Comemos lo que nos da la gana (baked jackets los demás, yo arroz y carne agridulce). Pasamos también por una macrotienda de juguetes llena de cosas divertidas (es decir, juguetes) y luego seguimos caminando hasta volver al albergue.

Son las 10.

En teoría ahora hay un karaoke pero no sé si bajaremos. Cenamos unos fideos tailandeses raros que compramos (los míos pican a lo bestia) y efectivamente vamos al karaoke pero no cantamos; eso sí, dos guiris borrachos intentan ligar con Violeta y Marta, sin obtener resultados identificables excepto su cara de “¿ein?”. Volvemos al cuatro y nos sobamos a eso de la 1 y media.

Dejamos para otros días Buckingham, el British Museum, las Tate Galleries, la Torre de Londres, Abbey Road, el 221B de Baker Street y algún otro coso que no recuerdo.

*Nota artística (I): Vemos El Matrimonio Arnolfini.

*Nota artística (II): “Excuse me, where is the Venus by Velázquez?”, “It’s in El Prado, in Madrid”.

*Nota precios (I): En Westminster no entramos porque nos cobraban ₤10 (!).

*Nota freak (I): Cuchufleto y Willie se compran, cada uno, un cubo de Rubik de cuatro por cuatro.

DÍA III

Son las 11.

Hemos desayunado y ahora, después de las pasadas por agua, iremos al British Museum.

*Nota freak (II): Cuchufleto y Willie han bajado a desayunar en pijama y con los cubos.

Hora no especificada (hemos cenado ya).

Vemos el British Museum, comemos con Oliver (amigo de Cuchufleto), volvemos al British Museum, Vamos al albergue, bebemos una cerveza, cenamos en el Pizza Park/Pizza Party/Pizza Parkty, volvemos al albergue y esperamos a ver si empieza el “Hardman” (concurso de ti@s buen@s), pero faltan chicos y nos quedamos sin ver tetas.

Violeta y yo nos quedamos en el albergue y lo demás se van de juerga. Vuelven a eso de las dos contando hazañas que incluyen a dos irlandesas borrachas que a Oliver le llaman Patrick y a Willie Roy y que querían que ellos se hicieran pasar por gays prometiendo “pussy” para después.

DÍA IV

Son las 11 y 20.

Esta mañana nos ha costado levantarnos, aunque yo me he puesto en marcha el primero, media hora después de que sonara el despertador. He desayunado y me he duchado.

El plan para hoy está un poco raro, no se sabe bien si iremos a la Tate Modern y de paso compraremos turisteces o si preferiremos hacer esquí de fondo y disparar a blancos fijos mientras hablamos inglés como negros del Bronx en plan “quiero un tenedor sobre la mesa”.

Hora no especificada.

Vemos la Tate Modern, que está llena de “moderneces de mierda” (y lo siento por sus autores) que hacen que me replantee mi existencia como persona que busca una formación intelectual decente y un criterio artístico digno; parece mucho más útil, sin embargo, terminar la ESO, coger un molde con letras, bronce fundido, hacer cuatro paneles, colgarlos del techo y vendérselo a la Tate como si fuera un jodido Da Vinci, un Gauguin, un Dalí, un Picasso o similar. Volvemos al albergue mientras a mí me duele la espalda un puñao.

Dentro de poco cenaremos y supongo que dormiremos pronto porque mañana por la mañana vamos Camdentown (que no es el barrio del flamenco, sino el equivalente londonita al Rastro).

*Nota artística (III): “L’art est mort”.

*Nota médica (I): El dolor de espalda se concentra en el cuello-hombro derecho, debido a que la almohada es pequeña o inexistente y, al dormir de lado, mi cabeza choca con la cama en un ángulo estúpido en el que sólo yo y R2-D2 (que no tiene cuello, ni cabeza, ni duerme) podríamos dormir (ver dibujo).

*Nota on-line: Miro el correo y recibo tres noticias. 1) Bodom (un coleguilla) deja el curro en Madrid y se vuelve a Barcelona. 2) Físhico (otro coleguilla) se ha mudado. 3) Rodrigo ha publicado un artículo en Rebelión sobre la bronca que le montaron(mos) a Rosa Díez.

*Nota regalosa (I): le he comprado a padre una guía de jazz y a Merijó una antología poética de Byron. Versos: “If I should meet thee / alter long years, / how should I meet thee? / With silence and tears”.

*Nota puaj: un gilipollas en plan “jaja, mira lo que tengo en el móvil” pone el himno del PP; acudo a la llamada y en mi imaginación le pego la paliza de su vida.

*Nota McGyver: Me invento una almohada rellenando una camiseta con dos jerséis.

DÍA V

Son las 10 menos cuarto.

Ya hemos desayunado, ahora vamos a ducharnos y luego saldremos hacia Camdentown.

Son las 8 menos 25.

En Camdentown hacemos caos consumista bestial y luego vamos a Abbey Road (tremenda odisea para sacar la fuckin’ foto, teniendo en cuenta que yo era el fotógrafo) y a Baker Street; vemos la casa de Sherlock Holmes (el nº 28 de la época, el 221B en los libros y el 239 realmente) por fuera porque acababan de cerrar y luego a las tiendas supercaras, superguays, poseídas por superjaponeses, de los Beatles y y de Rock ‘n Roll en general. Yo me compro un kimono en una tienda de artes marciales cojonuda y algunos souvenirs para la familia restante.

Cenamos y sobamos más o menos pronto.

*Nota precios (II): ¡Por cinco minutos de viaje en autobús pagamos ₤2!

*Nota médica (II): Mi espalda está mucho mejor.

*Nota freak/regalosa (III/II): El regalo para mi hermano es una camiseta en la que aparecen Mr. T y Chuck Norris echando un pulso con el texto “Clash of Titans”.

DÍA VI

Son las 10 menos 5.

Ya hemos desayunado, estamos duchados y a eso de y media saldremos hacia Buckingham, Tate British y la Torre de Londres (quizás con Hyde Park por medio).

Son las 9 y 10.

Buckingham está petadísimo, el cambio de guardia me resulta soso y no hay foto con los soldados serios de cabeza gigante escondida bajo el gorro (además llevan un traje gris, no el rojo). Caminamos hasta la Tate British y la vemos en plan rápido (Blake, Turner, pre-rafaelistas, Bacon); luego caminata mortal hasta el puente de Londres y la Torre.

Comemos unas pizzas ricas ricas por ₤5 de carta (₤4 reales) y luego palizón de vuelta con parada en la que ya es mi librería favorita de Londres, donde compro Paradise Lost (John Milton).

*Nota precios (III): Parece que todas las exposiciones en todas partes se han puesto de acuerdo; ₤12 la entrada de los cojones.

*Nota Cazurra: Hay un hotel feminista, el “Guoman Hotel”.

*Nota freak (IV): La Torre de Londres es igual que en el Traitors Gate.

*Nota bibliófila (I): Buscar el Illuminated Book de Blake; no lo tenían en la Tate.

DÍA VII

Son las 10 menos 25.

A las 10 las maletas tienen que estar abajo y Marta, para dar tensión a una cuenta atrás tan aburrida y normal, intenta ir lenta y hacer como que su maleta va a explotar de lo llena que está. Es el Jack Bauer del albergue.

*Nota surrealista: Conversación entre Violeta y Marta sobre la forma de doblar las bragas.

Son las cuatro menos 20.

Ducha, desayuno tardío y visita-despedida al British Museum; el tiempo se pasa volando y salimos “rápido” para comprar turisteces de última hora, visitar por última vez el Pizza Park/Pizza Party/Pizza Parkty y comer y descansar un pelín en el albergue (en ello estamos) antes de coger en King’s Cross el tren que nos lleve a Gatwick y, por tanto, de vuelta a Madrid.

*Nota freak (V): En la tele hay un concurso que mezcla Club Megatrix (niños haciendo pruebas raras), Supervivientes (ambiente pseudo-selvático/forestal y entrevistas en primer plano a los críos comentando las pruebas) y Harry Potter/Robin Hood/cosa rara pseudo-medieval y mágica.

Son las 7 menos 25.

Ya esperamos para embarcar. Casi pierdo mi billete, en el control me hacen quitarme las botas y ahora una máquina expendedora se ha quedado pillada con el dinero de Marta; “Empujadla”, han respondido los de la puerta porque no tienen acceso a la máquina.

El vuelo se desarrolla tranquilo con un único problema: la cola que se forma para el control de pasaportes.

Fotos aquí.