DÍA 0
Son las 19:33, según mi reloj, y ya tengo listo el equipaje (tras unas pequeñas modificaciones en el reparto del peso, aunque sigo pareciendo un caracol).
El plan es quedar mañana a las 8, en Móstoles Central, Suso, Richy y yo, para luego, a las 9, encontrarnos con Violeta en Méndez Álvaro; el trayecto es de menos de una hora (40 ó 45 minutos como mucho), pero cuento con los habituales retrasos de Richy. Desde allí, trayecto Madrid – Ferrol (pueblo natal de Paquito Piernascortas), y, si todo sale como espero, allí veré a Rosa (mi “hijiña”) antes de marchar hacia Ortigueira en busca de la zona de acampada.
DÍA I
Ya estamos en el autobús. Violeta, como es normal, llegó algo tarde (acompañada por Héctor, Inma y Manu); Richy, sin embargo, ha sido puntual por primera vez en mucho mucho mucho tiempo. Mientras esperábamos a la señorita, tarareamos mil veces la canción de Piratas del Caribe y escuchamos la llamada de atención de un agente de seguridad, que nos explicó que no estaba permitido hacer fotos en la estación desde el 11-M.
Próxima parada: “Francolandia”.
El bus está lleno de “ortigueirosos” y un par de viejetes; la música parece de la colección particular de Concha Velasco (“vespaaaaa… vespaaaaa…”). Suso tiene una compañerA de viaje; ¿le servirá para ligar decir que es vegetariano?.
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Es la hora de manducar. Violeta está “chof” en un banco mientras Suso se recupera del reventón gaseoso de una lata de CocaCola. Tenemos cuarenta minutos de descanso antes de volver al autobús. Hace un calor considerable, y de nuevo tengo una rozadura en el meñique del pie derecho; Richy se alimentará con parte de mis provisiones, Suso gastará su dinero y su comida según su parecer; aunque parezca imposible, le saldrá bien la operación y comerá mejor que ninguno, incluso sobrándole más dinero. Tiempo al tiempo.
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La tienda de campaña ya está montada. El resto del trayecto hasta “Francolandia” estuvo marcado por una comedia romántica protagonizada por Chris O’Donnell y Renée Zellweger; luego, según lo planeado, vimos un ratico a Rosa, y cogimos el bus hacia Ortigueira (ahora sabemos que habría sido mucho mejor haber cogido el tren).
El paisaje es cojonudo.
Por último, andando hacia el camping, nos hemos encontrado con Lidia (amiga de Quettaheru) y con Irene (MRS).
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Cenamos temprano tras jugar unas pocas partidas de Brisca. Yo, convertido en Mc.Gyver, he hecho un apaño cojonudo con mi linterna y una cuerda.
Suman también su grata compañía Manu, Teresa, Elena y Marta (todos del taller de narrativa). Son las once y pico y nos vamos a sobar mientras el mundo sigue de fiesta.
DÍA II
La noche y la mañana se han desarrollado con calma y silencio (versión oficial). ¡UNA PUTA MIERDA! Gritos (con los putos megáfonos que se vendían por todas partes), música horrible, un gaitero intentando tocar la canción de los Simpsons y otras, gente que pisa nuestra tienda, caracoles y cortapichas nos invaden, hace rasquilla…
Nos levantamos a las 11. ¿Hemos dormido?, nadie lo sabe (Suso, como siempre, la excepción). Ahora iremos a comprar provisiones.
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Ya hemos comido. La compra fue bien, productiva, supongo que no hará falta comprar nada más para los días que quedan. Cada uno compró lo suyo, y así quedó patente cuáles son los gustos y prioridades de cada uno; molan los grupos heterogéneos, la homogeneidad es un coñazo. Richy y yo compramos, además, sombreros de vaquero (“¿Quién es ese hombreeee…?”).
El baño en el mar post-compra fue precisamente lo que esperaba: los cataplines quedaron como canicas.
Ahora nos espera una tarde de vaguería y luego, a partir de las 22:00, los primeros conciertos. Seguiré informando.
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Ya hemos cenado. Durante la tarde, siesta con calor asfixiante, baño en el mar con olas gigantescas, ducha en condiciones (aunque el agua estaba endemoniadamente fría), encuentro con Andrea García-Santesmases (MRS), llegada de los amigos de Violeta (Carlos, Pastor, Marta…), y compra de los primeros regalitos.
Detalle de ingeniería (1): hemos cavado un foso para evitar que nos llegue el agua de los grifos para lavarse los pinreles y hemos intentado cercar el paso a nuestro campamento (con muy poco éxito). Además, tenemos nuevos vecinos que prometen (o eso parece) darnos la noche.
Aparecen después Ana Cubillo y María (MRS).
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Noche en el pueblo escuchando celta y viendo puestos de artesanía. ¡Ya tengo riñonera hippie! Volvemos al camping a las 2.
DÍA III
Son las 12:00 y ya hemos desayunado. Aunque hemos dormido mejor, nuestros adorados vecinos han pateado las tiendas, e incluso han agujereado la mía. El día amaneció chispeoso (¿o chisposo?), quizás mejore luego.
Detalle de ingeniería (2): el foso que hicimos ayer está prácticamente lleno de agua, quizás haya que cavar más.
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Ya son las 19: __ (y pico). Hemos jugado a las cartas, comido, desplazado las tiendas en busca de seguridad y matado el tiempo de la mejor forma posible. Ahora el tiempo ha mejorado bastante; algo de calorcito, sol, y bla bla bla…
Detalle de ingeniería (3): seguimos el canal para evitar inundaciones; la gente lo admira, pero no ayuda utilizando menos los jodidos grifos.
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Después de cenar prontito, vamos para el pueblo. Encuentro con Elena de O Barco. Conciertos y vuelta pronto (entre las 2 y las 3) porque hace frío y yo estoy que me caigo (lo siento, chicos). Richy decide seguir la fiesta con Elena y sus colegas.
DÍA IV
Dormimos de puta madre y, ahora, saldremos de la tienda. Increíblemente, tenemos nuevos vecinos asentados sobre el canal de agua. Desayunamos y planeamos ir a buscar agua al pueblo junto con dos del grupete de amigos de Violeta.
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Comemos y siesteamos. A continuación, comprobamos que los vecinos hidrófilos han decidido darse el piro; a pesar de su estancia, el canal funciona de puta madre. El tiempo sigue regulero, así que vivimos como guarros, sin ducharnos.
Mientras tanto, Suso, haciendo gala de su don de gentes, se echa amigos por todas partes y consigue que le regalen cosas.
Hacen su aparición Ana Ola y Arturo (MRS).
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Buscamos algo de leña y luego vamos a la playa para hacer una hoguera; gracias a la dislexia eventual de Elena o a la sordera del muchacho que nos guiaba, vamos recorriendo el lado equivocado de la playa para luego ir hasta el extremo diametralmente opuesto. La cena consiste en trozos de pavo pasados por fuego, patatas asadas y salchichas. Improvisamos canciones junto a la hoguera acompañados por la guitarra de Carlos.
Richy, Violeta y yo volvemos a las 3:30; Suso a horas aún sin determinar.
DÍA V
Son las 13:15, hemos desayunado hace poco y ahora iremos a buscar conchas. La buena noticia del día es que se marchan los vecinos tocahuevos, la mala es que eso significa que se acaba poco a poco la juerga y que habrá que volver a casa.
Suso parece dormir en su tienda, no hay tampoco noticias de Richy.
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Son las 18: __ (y pico), hemos comido tarde, después de ir a la playa y ducharnos. Ahora comenzamos a recoger cosas de las tiendas y hacemos trabajos hipiesco-manuales (para eso eran las conchas). Dentro de poco iremos al pueblo para ver los últimos conciertos y disfrutar del final de nuestra estancia en las tierras gallegas.
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Paseo por los puestecillos y últimas compras. Vemos tocar a una banda celta (con el gaitero del Rastro entre sus integrantes) y a un equilibrista-malabarista argentino increíblemente bueno (Frase al “pasar la gorra”: “Como esto es Ortigueira, se admiten especias”). Concierto de Milladoiro y de un grupo irlandés, y volvemos al campamento cuando actúa Mercedes Peón (música demasiado rara para la madrugada y su cansancio).
DÍA VI
Cuatro horas de sueño, recogemos el campamento y luego cogemos el autobús de vuelta a Ferrol (coincidimos con la gente del taller de narrativa). Luego, tras un par de horas dormitando en la estación, llega Rosa y nos despedimos.
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Ocho jodidas horas en el maldita Autobús de la Muerte, aguantando el bakalao a todo volumen que le molaba al conductor, mezclado a ratos con reggaetón y Mägo de Oz (Richy saca partido a su marginación en otro autobús). Además, las cabezadas temporales me dejan el cuello hecho cacafuti. Finalmente, damos una vuelta idiota al territorio madrileño (supongo que debido a las obras), yendo hasta Ventas y volviendo a la estación, y ahora, a las 21:40, estamos en el tren camino a Móstoles (con la inesperada compañía de Diana).
Adoramos Galicia, pero queremos cama y descanso.
Las fotos del viaje pueden verse aquí.
2 comentarios:
hmm...
personalmente me hubiera interesado la playa, los encuentros, y (sobretodo) el foso...
a Galicia me voy y ya te contaré si entienden al portuñol...
yo había contestado, estoy segura! >_< gentuzos!
quiero las fotos, quiero las fotos... n.n
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