Tal y como se había acordado mi colaboración con Episkaia (este artículo saldrá en el nº 13), yo debía hablar de los grandes treces de la historia, pero como cabalista me he enfrentado al gran problema que representa semejante trabajo: hay una cantidad ingente de números (los comprendidos entre -∞ y +∞) que tienen peculiaridades y significados, y uno empieza hablando del 13 y acaba con el 496752. Ante semejante problema, he decidido hacer uso de mi libertad de tema y sorprender a los lectores de Episkaia con una crítica cinematográfica; la película escogida es Calles de Fuego (Streets of fire), hecha en 1984.
Voy rebuscando entre la jauría de vinilos, libros, DVDs y animales hasta que por fin encuentro esa voluminosa carátula de VHS que es casi tan gorda como mi edición en un solo volumen de El Señor de los Anillos. Analicemos, en primer lugar, la fascinante portada: tenemos la fotografía de un señor con gabardina que apoya su pata sobre la rueda de una moto mientras algo explota a su espalda; lleva una escopeta en la mano. El texto de la carátula dice: “El malo. La belleza. El valiente. La música. El impacto. CALLES DE FUEGO, una fantasía rock”.
Argumento: en un barrio bajo de Nueva York, hay una banda de moteros que siembra el pánico (nótese la originalidad del ambiente); una chati (Diane Lane, participa en Bajo el sol de la Toscana), que se ha convertido en una famosa cantante de rock, vuelve al barrio (donde se crió) para dar un concierto y los moteros la secuestran. Entonces, una chica del pueblo llama a su hermano (Michael Paré), que estuvo saliendo con la chati (y además es el prota y tiene la fascinante profesión de “mercenario”), para que vuelva a la ciudad y la rescate.
La chati, que es novia de su manager (Rick Moranis), no podrá evitar tener sus rolletes con su ex, que es muy sexy cuando se queda en camiseta de algodón y con los tirantes puestos marcando barriga; Moranis se cabreará mucho no porque sea su novia, sino porque paga al prota para que la salve, no para que se líe con ella.
El cuadro se completa con el jefe de policía negro (interpretado por un actor que siempre hace ese mismo papel, ejemplo de ello es El Cuervo –la versión con Brandon Lee-), un malo malísimo que se parece a Frankenstein (y que resulta ser un jovencísimo Willem Dafoe), y McCoy (que no es el médico de Star Trek sino una mujer rubia y con vestigios de alcohólica, a la que la sinopsis oficial define como “persona de pocas palabras y tiro rápido”).
Escenas míticas:
-La llegada del prota al pueblo; el tipo llega a la “típicacafeteríaamericana” (la dueña es su hermana) y se da de hostias con unos macarras (destaca que, al mismo tiempo que uno saca una navaja y comienza la pelea, empieza a sonar un rock ‘n roll de esos que moverían las caderas del esqueleto de Elvis).
-El asalto a la base de los malos (“La Batería”), durante el cual, aprovechando eso de que son moteros, aumenta el número de “cosasqueexplotansinmotivoyqueestanenlasbasesdelosmalos”; durante la huída, además, secuestrarán el autobús en el que viajan un grupo de negros que cantan soul (de forma que se juntan McCoy –al volante-, el mercenario, la ex del mercenario, Rick Moranis, el grupo de negros y la “fan número 1” de la chati, que se encuentra con ellos y se les pega como una lapa).
-No puedo pasar por alto la conversación entre la cantante y la fan; la cantante terminará reconociendo que ella no escribe las letras ni compone, sino que su novio y manager las compra, las roba o “a saber”.
-Finalmente, hay una maravillosa pelea final en la que los acontecimientos se desarrollan de la siguiente manera: primero llegan Dafoe y dos colegas en moto, y delante está nuestro mercenario discutiendo con el madero negro que le intenta convencer de que se marche del barrio.
Cuando los moteros paran, salen hasta de debajo de las piedras un montón de civiles armados (¡qué bonito es eso de la posesión lícita de armas de fuego!) que apuntan a Dafoe, pero él toca una bocina y salen el triple de moteros (con Harleys y todo). Entonces motero y mercenario deciden que es algo personal, el madero negro acepta su incompetencia y le dice al mercenario “duro con él”. Entonces Dafoe saca dos picos de metal (!?) y los dos comienzan a partirse la cara; obviamente gana el mercenario y los moteros deciden dejar de dar por culo.
Entre medias, el mercenario pasa de coger el dinero y sólo le da su parte a McCoy (que va de socia); esto genera un poco de drama que se soluciona rápidamente cuando el mercenario dice algo como “Quédate con el feo del manager, que yo me dedico a partirme la cara por ahí y no te convengo”.
Entonces el mercenario y McCoy se marchan en el descapotable que él mango a los macarras al principio de la peli; al mismo tiempo, la cantante hace una actuación con los negros que cantan soul. Ese es el final de la película.
Lo cierto es que su banda sonora merece bastante la pena (es obra de Ry Cooder y Jim Steinman, y a mí me recuerda bastante a algunas cosas de Janis Joplin), pero su argumento es la típica historia del pistolero que libra al pueblo del cacique porque el Sheriff es un incompetente; y cito de nuevo la sinopsis oficial: “Es violenta no sólo por sus luchas callejeras y sus fuegos de artificio [ni que fuera el Año Nuevo chino, oiga], sino también por la energía y rapidez con la que se desenvuelve".
El director, Walter Hill (que además co-escribió el guión con Larry Gross), es concocido sobre todo por colaborar en la producción de toda la saga de Alien y de Alien vs. Predator (cuya segunda parte está en camino); como director tiene un montón de películas, pero llaman la atención La Profecía (del dos mil y pico) y Supernova (del dos mil). En cuanto a Michael Paré, el prota, sólo ha hecho cosas de serie B, algunas incluso en televisión (como aparición en la serie Starhunter); y Amy Madigan, que hace de McCoy, tiene un papel en Solos con nuestro tío, la peli esa protagonizada por John Candy y el niño Culkin (que ya comparten pantalla en Solo en casa).¿Qué decir, en resumen, de esta película? Que es mejor oírla que verla, y que uno tiene que mentalizarse antes de hacerlo para saber exactamente qué hay que esperar de ella.
2 comentarios:
Que tienes, 20 años?, no? pues lo parece. La sinopsis que haces de la película denota en ti falta de cultura. Las referencia que haces al director y su filmografía deja ver que has preparado muy poquito el artículo y en cuanto a la protagonista de la película más de lo mismo.
Si te decides a escribir sobre algo, primero documéntate, y deja de escribir cosas como "dos mil y pico", eso dice mucho de ti.
Lo mejor que puedes hacer es reescribir la entrada o directamente eliminarla, pq con patanes como tú haciendo de críticos de cines hay muchos, y la verdad, sobráis.
Eres un encanto. Menos mal que yo no soy crítico profesional y que, por tanto, no tengo que deprimirme cuando las críticas a mis críticas son tan poco constructivas y denotan una falta total de lectura comprensiva y de atención al contexto del blog.
Deja(d) de ser TAN cobardes y pon(ed) un nick o algo.
Publicar un comentario