Bueeeeno... Son las 19:05 y ya he vuelto a casa. He tenido la suerte de que, después de haber querido matar a medio personal de mi universidad, un turco (concretamente Mehmet, uno de los amigos de Rumeysa) me ha caido del cielo (desde su examen de japonés) y me ha alegrado el día.
Por agilizar la cosa y evitar listas y listas de contador de errores, fallos y respuestas, os voy a explicar cómo creía yo que funcionaban las cosas y cómo funcionan en realidad. Cuando Santiago Petschen decía que Turquía era "otra cultura" evidentemente no se refería a este tipo de problemas, sino a que son musulmanes. Pero desde luego esto sí que es una cuestión de diferencia no sólo cultural sino incluso de sentido común.
Lo que yo creía: uno elige las asignaturas que quiere cursar, se planifica un horario coherente y luego, dándose mucha prisa, se matricula. Lo de "pedir consentimiento" a los profesores si el grupo está ya cerrado es un trámite que garantiza que las plazas son cubiertas por "los mejores". Quiere esto decir que se trata de convencer al tipo, con los 200 caracteres que permite la aplicación on-line, de que tú mereces estar en el curso porque eres el mejor alumno que va a encontrar. Si no tienes argumentos, te quedas fuera; si los tienes, entras. Esto no me parece del todo mal, aunque cuando los argumentos no sirven jode un huevo. Entonces los convences, te dan el consentimiento, y tiras p'alante.
Esta suposición se basa en que al final hay entre 5 y 7 cursos interesantes en el departamento de Ciencia Política y no todos pueden ser cursados a la vez porque coinciden. Cada uno de estos cursos tiene grupo único, así que no hay opción de horarios. Cada curso admite a 25 personas. Eso significa que puedes dar cabida, oficialmente, a 125-175 estudiantes, pero es evidente que estudiamos ciencia política al menos 250 (y posiblemente más). Esto quiere decir que los profesores tienen que ser flexibles porque si no la gente se queda fuera.
Lo que se hace en realidad: uno elige todas las asignaturas que le pueden interesar. Esto lo haces sin preocuparte por el límite de créditos, los horarios o cualquier otra cosa. Simplemente te haces una lista. Y luego solicitas entrar en todos los grupos (que, posiblemente, ya estarán cerrados para cuando llegues). Entonces empiezas a escribir peticiones de consentimiento intentando mostrar lo mejor de ti a cada uno de los profesores, incluso cuando no haya mucho que decir al respecto. Si le convences, eres aceptado; si no le convences, te manda a hacer puñetas. Cuando todos te han aceptado, ves cómo te queda el horario y empiezas a ver si te sobran créditos, si te faltan, o si hay demasiadas asignaturas que coinciden.
Ahora vayamos al estado de mi matrícula: una vez conocido el sistema de funcionamiento real, me he puesto a enviar peticiones de consentimiento a todo jodido profesor de toda jodida asignatura medianamente interesante en los departamentos de Ciencia Política, Historia, Filosofía y Sociología. El único límite ha seguido siendo que mis asignaturas valgan 6 créditos ECTS (para que al final pueda hacer, cada semestre, 30 ECTS), no repetir contenidos de forma demasiado evidente y evitar tostones demasiado bienpensantes (del tipo "Derechos humanos: teoría y práctica").
¿Y cuáles son, de momento, los resultados? Los profesores de "Oriente Medio en la política mundial" e "Historia otomana tardía" me han dicho que me busque un amigo. Estoy admitido en un curso que se llama "Temas selectos en la historia de Francia: 1789-1914" y que he escogido porque mi primera opción "Historia y antropología" es dada por un profesor que no existe (su nombre no figura entre los profesores del departamento y no tiene un correo electrónico). En "Política, ideología y discurso", gracias a Cristina, que me recomendó la asignatura (y es lo que le he contado a la profesora). Y en "Teorías de las relaciones internacionales", pero sólo extraoficialmente, porque seré admitido al final del período de matrícula, cuando ella pueda ver cuánta gente más se suma al grupo.
Cuando tenga un horario configurado (si llego a tenerlo) ya os mostraré los resultados...
Total, que al salir de ese infierno (o sea, del aula donde he estado haciendo los cambios de matriculación) me he encontrado con Mehmet y nos hemos ido a comer con dos amigos suyos que no eran demasiado habladores en turco, así que en inglés os podéis imaginar. Entonces, cuando se han ido, Mehmet los ha disculpado y yo le he dicho que no se preocupase, que me venía muy bien escuchar conversaciones en turco para ir aprendiendo. Y él se lo ha tomado tan en serio, que, bendita mi suerte (y lo digo de verdad), se ha puesto a hablar en turco. Con muuucha calma, traduciendo palabra por palabra si era necesario, simplificando las frases, pero en turco. ¡Y le entendía!
También hemos hablado largo rato con una amiga suya que estudió con él un poco de francés, y los tres hemos mantenido una conversación (ella sobre todo estaba muy sorprendida de que yo, con dos años de turco, hablase "tan bien").
Me ha enseñado el "Campus norte", donde estarán la mayor parte de mis clases, y donde también está la biblioteca (que, por cierto, es alucinante). Y después de ese largo recorrido (con explicaciones básicamente en turco) hemos cogido el autobús para volver.
Para despedirme, dejo, en vez de un momento musical, un momento cinematográfico. Estos son, sin duda, los "mejores" (en el peor sentido del adjetivo) burócratas del universo:
Por agilizar la cosa y evitar listas y listas de contador de errores, fallos y respuestas, os voy a explicar cómo creía yo que funcionaban las cosas y cómo funcionan en realidad. Cuando Santiago Petschen decía que Turquía era "otra cultura" evidentemente no se refería a este tipo de problemas, sino a que son musulmanes. Pero desde luego esto sí que es una cuestión de diferencia no sólo cultural sino incluso de sentido común.
Lo que yo creía: uno elige las asignaturas que quiere cursar, se planifica un horario coherente y luego, dándose mucha prisa, se matricula. Lo de "pedir consentimiento" a los profesores si el grupo está ya cerrado es un trámite que garantiza que las plazas son cubiertas por "los mejores". Quiere esto decir que se trata de convencer al tipo, con los 200 caracteres que permite la aplicación on-line, de que tú mereces estar en el curso porque eres el mejor alumno que va a encontrar. Si no tienes argumentos, te quedas fuera; si los tienes, entras. Esto no me parece del todo mal, aunque cuando los argumentos no sirven jode un huevo. Entonces los convences, te dan el consentimiento, y tiras p'alante.
Esta suposición se basa en que al final hay entre 5 y 7 cursos interesantes en el departamento de Ciencia Política y no todos pueden ser cursados a la vez porque coinciden. Cada uno de estos cursos tiene grupo único, así que no hay opción de horarios. Cada curso admite a 25 personas. Eso significa que puedes dar cabida, oficialmente, a 125-175 estudiantes, pero es evidente que estudiamos ciencia política al menos 250 (y posiblemente más). Esto quiere decir que los profesores tienen que ser flexibles porque si no la gente se queda fuera.
Lo que se hace en realidad: uno elige todas las asignaturas que le pueden interesar. Esto lo haces sin preocuparte por el límite de créditos, los horarios o cualquier otra cosa. Simplemente te haces una lista. Y luego solicitas entrar en todos los grupos (que, posiblemente, ya estarán cerrados para cuando llegues). Entonces empiezas a escribir peticiones de consentimiento intentando mostrar lo mejor de ti a cada uno de los profesores, incluso cuando no haya mucho que decir al respecto. Si le convences, eres aceptado; si no le convences, te manda a hacer puñetas. Cuando todos te han aceptado, ves cómo te queda el horario y empiezas a ver si te sobran créditos, si te faltan, o si hay demasiadas asignaturas que coinciden.
Ahora vayamos al estado de mi matrícula: una vez conocido el sistema de funcionamiento real, me he puesto a enviar peticiones de consentimiento a todo jodido profesor de toda jodida asignatura medianamente interesante en los departamentos de Ciencia Política, Historia, Filosofía y Sociología. El único límite ha seguido siendo que mis asignaturas valgan 6 créditos ECTS (para que al final pueda hacer, cada semestre, 30 ECTS), no repetir contenidos de forma demasiado evidente y evitar tostones demasiado bienpensantes (del tipo "Derechos humanos: teoría y práctica").
¿Y cuáles son, de momento, los resultados? Los profesores de "Oriente Medio en la política mundial" e "Historia otomana tardía" me han dicho que me busque un amigo. Estoy admitido en un curso que se llama "Temas selectos en la historia de Francia: 1789-1914" y que he escogido porque mi primera opción "Historia y antropología" es dada por un profesor que no existe (su nombre no figura entre los profesores del departamento y no tiene un correo electrónico). En "Política, ideología y discurso", gracias a Cristina, que me recomendó la asignatura (y es lo que le he contado a la profesora). Y en "Teorías de las relaciones internacionales", pero sólo extraoficialmente, porque seré admitido al final del período de matrícula, cuando ella pueda ver cuánta gente más se suma al grupo.
Cuando tenga un horario configurado (si llego a tenerlo) ya os mostraré los resultados...
Total, que al salir de ese infierno (o sea, del aula donde he estado haciendo los cambios de matriculación) me he encontrado con Mehmet y nos hemos ido a comer con dos amigos suyos que no eran demasiado habladores en turco, así que en inglés os podéis imaginar. Entonces, cuando se han ido, Mehmet los ha disculpado y yo le he dicho que no se preocupase, que me venía muy bien escuchar conversaciones en turco para ir aprendiendo. Y él se lo ha tomado tan en serio, que, bendita mi suerte (y lo digo de verdad), se ha puesto a hablar en turco. Con muuucha calma, traduciendo palabra por palabra si era necesario, simplificando las frases, pero en turco. ¡Y le entendía!
También hemos hablado largo rato con una amiga suya que estudió con él un poco de francés, y los tres hemos mantenido una conversación (ella sobre todo estaba muy sorprendida de que yo, con dos años de turco, hablase "tan bien").
Me ha enseñado el "Campus norte", donde estarán la mayor parte de mis clases, y donde también está la biblioteca (que, por cierto, es alucinante). Y después de ese largo recorrido (con explicaciones básicamente en turco) hemos cogido el autobús para volver.
Para despedirme, dejo, en vez de un momento musical, un momento cinematográfico. Estos son, sin duda, los "mejores" (en el peor sentido del adjetivo) burócratas del universo:
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