Watchmen es el último cómic que he devorado en mi pasión sin límites por las obras en las que el magnífico Alan Moore haya puesto su sello.
Algo de tributo, algo de esperpento y un poco también de sátira son los ingredientes que quizás definan esta obra, considerada "el Ulysses del cómic". Es la historia de unos superhéroes jubilados, con todos los defectos y pocas virtudes, que se ven obligados a actuar en los últimos años de la Guerra Fría para evitar una guerra nuclear.
El universo narrativo de Moore supera en esta ocasión a la maravilla que ya consigue en V de Vendetta, añadiendo a los recursos tradicionales fragmentos novelados, recortes de periódico, fichas policiales e incluso un cómic dentro del cómic que va desarrollándose a la vez que la historia.
Conforme las historias de los personajes avanzan, se entrelazan y se separan de nuevo, el cómic se convierte poco a poco en una gran ópera visual (el color y el dibujo son francamente buenos), artística (una historia muy bien labrada) e incluso filosófica (con importantes reflexiones sobre el superhombre y otras cuestiones).
Lo mejor de todo, es que el final no queda fijado por el autor, sino que depende del lector. Es él quien decidirá si ganan "los buenos" o "los malos" dependiendo de su ética y es él incluso quien deberá imaginar si hay dos o tres giros finales en la historia (lo que hará que el lector dude una vez más, incluso teniendo clara su postura).
El trabajo de Alan Moore es sobre todo importante en la creación de los perfiles de los personajes: la mayoría de ellos no tienen superpoderes, son personas normales que deciden disfrazarse y combatir el crimen para luego, en un momento determinado y por razones concretas, jubilarse y hacer algo distinto con sus vidas. Es una visión realista del idealismo del cómic estadounidense de la posguerra, sin por ello dejar de lado algunos de sus rasgos más significativos.
No sé si compararlo con el Ulysses es acertado o no, pero desde luego me parece uno de los trabajos más profundos e interesantes de Moore (más incluso que V de Vendetta) y, posiblemente, el mejor cómic que se ha publicado hasta la fecha gracias a su madurez en todos los aspectos.
Algo de tributo, algo de esperpento y un poco también de sátira son los ingredientes que quizás definan esta obra, considerada "el Ulysses del cómic". Es la historia de unos superhéroes jubilados, con todos los defectos y pocas virtudes, que se ven obligados a actuar en los últimos años de la Guerra Fría para evitar una guerra nuclear.
El universo narrativo de Moore supera en esta ocasión a la maravilla que ya consigue en V de Vendetta, añadiendo a los recursos tradicionales fragmentos novelados, recortes de periódico, fichas policiales e incluso un cómic dentro del cómic que va desarrollándose a la vez que la historia.
Conforme las historias de los personajes avanzan, se entrelazan y se separan de nuevo, el cómic se convierte poco a poco en una gran ópera visual (el color y el dibujo son francamente buenos), artística (una historia muy bien labrada) e incluso filosófica (con importantes reflexiones sobre el superhombre y otras cuestiones).
Lo mejor de todo, es que el final no queda fijado por el autor, sino que depende del lector. Es él quien decidirá si ganan "los buenos" o "los malos" dependiendo de su ética y es él incluso quien deberá imaginar si hay dos o tres giros finales en la historia (lo que hará que el lector dude una vez más, incluso teniendo clara su postura).
El trabajo de Alan Moore es sobre todo importante en la creación de los perfiles de los personajes: la mayoría de ellos no tienen superpoderes, son personas normales que deciden disfrazarse y combatir el crimen para luego, en un momento determinado y por razones concretas, jubilarse y hacer algo distinto con sus vidas. Es una visión realista del idealismo del cómic estadounidense de la posguerra, sin por ello dejar de lado algunos de sus rasgos más significativos.
No sé si compararlo con el Ulysses es acertado o no, pero desde luego me parece uno de los trabajos más profundos e interesantes de Moore (más incluso que V de Vendetta) y, posiblemente, el mejor cómic que se ha publicado hasta la fecha gracias a su madurez en todos los aspectos.
3 comentarios:
Oh si! alguien que ha leido Watchmen, es que el tito Moore no sabe hacer cosas malas (a diferencia de Miller, que sus ultimos trabajos apestan). Es una jodida maravilla -> "Somebody has to save the world!".
Van a hacer una adaptacion al cine, el mismo tipo de 300, de momento tengo esperanzas de que sea buena, que ya va siendo hora de que Moore tenga una adaptacion como Dios manda.
Por cierto, el mejor comic es Sandman o en su defecto Predicador, no me seas blasfemo xD
¿El de 300? Yo pensé que iba a encargarse el de V de Vendetta (el guión es de los Wachowsky, pero no la dirección) ...
Yo la verdad es que tanto sea uno como otro quién haga la adaptación temo seriamente el resultado; las historias de los personajes y sus perfiles son demasiado complejos... En cualquier caso, si resulta ser el de 300, tenemos espectáculo visual asegurado.
¿Sandman y/o Predicador? Por muy buenos que sean, me parece que Watchmen los supera en muchos aspectos (sólo con que lleve la firma de Moore ya tiene la tira de puntos).
Si, la verdad entre la obra de Miller y la de Moore hay una ligera diferencia, los personajes de Moore son complejos, los de Miller mas chulos que un ocho a secas. Pero el tipo no lo hizo nada mal con 300, de hecho es un lujazo, por ello ya se merece un ligero voto de confianza. Miralo por este lado, nunca podrá ser peor que la Liga de los Hombres Extraordinarios (o que From Hell o que V de Vendetta [que destrozan el personaje de V casi por completo])
Quizas Predicador pueda resultar peor. Pero Sandman es...es...es de Neil Gaiman, eso lo dice todo xD
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